Muchas son las ocasiones en las que vienen a nuestra mente una serie de pensamientos que nos hacen sentir o creer que nuestra vida no tiene sentido, preguntas o dichos como:

¿Por qué estoy aquí? ¡Total a nadie le importo! ¿De qué sirve lo que hago? ¿Si dejo de existir a nadie le haré falta? ¡Que puedo dar yo, no tengo ninguna habilidad o talento! ¡No tengo ningún atractivo!, etc., etc., etc.

En esta hora recordaremos juntos, que en Dios – nuestra vida tiene TODO el sentido del mundo, somos hechura del GRAN YO SOY (Efesios 2:10) para un propósito en El (Isaías 43:7), hemos sido dotados de muchos dones y talentos afirmados en Él y Su Santo Espíritu (1 Corintios 12:7-10).

Y por sobre todas las cosas, nuestro precio, nuestro valor es nada más y nada menos que la Sangre de nuestro gran Señor Cristo Jesús. (1 Pedro 1:18-19)

Puede que se pregunte: ¿Pero eso no es para mí? ¿Por qué debe importarme todo esto?

Quiero decirle:

Jesucristo le ama (Romanos 5:8)

Jesucristo transforma (2 Corintios 3:18)

Jesucristo hace todo nuevo (2 Corintios 5:17).

Jesucristo está todos los días con nosotros (Mateo 28:20).

¡Usted!

Quiere de decir que hay una labor importante para usted en este mundo. Con lo que usted tiene sea poco o mucho, con lo que usted puede.

En Cristo ya tiene todo lo que necesita para impactar la vida de los demás.

Cuéntele a otros las grandezas de Dios en su vida, comience haciendo una lista de cada bendición allí a su alrededor, empezando por su cuerpo, el lugar donde está, el alimento, la gente a su alrededor, el techo, el cobijo, etc.

«A cada uno nos es dada manifestación del Espíritu para provecho«, eso significa a TODOS, a todos los que hemos confesado a Cristo como nuestro Señor y Salvador,

¿Qué dones nos da?

Palabra de Sabiduría, Palabra de Ciencia, Fe, dones de sanidades, dones para hacer milagros, don para profecía, don de discernimiento, diversos géneros de lenguas y a otros interpretación de lenguas.

Se que allí donde está, el Espíritu Santo le revelará, cual es el don que se la ha asignado a usted.

Usted es valioso en las manos del alfarero Santo, usted es una pieza importante en la obra de Dios.

Quizá me diga: ¡Usted no sabe las cosas que he hecho! ¡No creo que Dios perdone las cosas terribles que he hecho!

Y yo le digo lo que LA PALABRA de Dios dice:  Hay uno que pagó el precio por todos nosotros (1 Pedro 1:18-19), no hay pecado más grande que Él (Romanos 5:20), Cristo es nuestro  abogado (1 Juan 2:1), él no le juzga Cristo nos justifica nos hace santos junto con él (Romanos 3:24), él es nuestro redentor, que nos compró a precio de sangre.

Levántese y fortalézcase con el amor de Dios, usted tiene mucho que dar, usted tiene mucho valor en las manos de nuestro Dios. Brille con la luz de Cristo.

¡Dios le bendiga!