Jesucristo el hijo de Dios, nos enseña acerca de ser humildes. En este blog aprenderemos de manera práctica y sencilla como Jesucristo nos da el legado de Humildad.

Tomaremos como base la porción Bíblica que se encuentra en la carta a los Filipenses 2:5-11 RV60:

Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, ⁶ el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, ⁷ sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; ⁸ y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. ⁹ Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, ¹⁰ para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; ¹¹ y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.

Este pasaje encierra la esencia de la humildad de nuestro Salvador; y nos enseña lo siguiente:

El unigénito de Dios, el Rey de reyes dejó todo por amor.

¿Cómo podemos nosotros ser humildes, siguiendo el ejemplo de Cristo? : No nos aferremos a «lo que somos o lo que tenemos»; no hay título, posición, posesiones que sean mayor a Cristo. Debemos despojarnos de todo eso y reconocer que TODO en nuestras vidas se lo debemos a Él. Hoy estamos respirando por el soplo de aliento de Su Santo Espíritu. Sin Cristo, no somos nada y no podemos hacer nada. (San Juan 15:5)

Siendo el Rey, el Hijo del Gran Yo Soy, vino a servir. Su mayor acto de servicio fue morir en la cruz, pagando el precio por nuestros pecados.

¿Cómo podemos nosotros ser humildes, siguiendo el ejemplo de Cristo? : Comencemos con actos de servicio a los demás, en nuestro hogar con nuestro «hermano» más próximo, pensando como Cristo sirvió sin esperar nada a cambio, así procuremos hacer. Involucrémonos en nuestra congregación sirviendo con amor y dedicación siempre con la mirada puesta en Jesucristo. Colosenses 3:23-24

El obedeció ir hasta la cruz y morir en nuestro lugar, pagar por algo que no había hecho, lo hizo por amor a ti y a mi. El no merecía morir en nuestro lugar, sin embargo, cumplió la voluntad del Padre: Redimirnos, perdonarnos y darnos vida eterna.

¿Cómo podemos nosotros ser humildes, siguiendo el ejemplo de Cristo? : Cuando obedecemos es un acto de humildad, porque no es fácil hacer la voluntad de alguien más. Es fácil obedecer cuando estamos de acuerdo, cuando estamos en un buen sentir, pero, ¿qué pasa cuando no, incluso cuando no estamos de acuerdo con la voluntad de Dios? Nunca olvidemos que la voluntad de Dios es buena, agradable y perfecta. (Romanos 12:2)

Recordemos que somos obra en la manos del alfarero, no somos perfectos, la Palabra de Dios nos enseña que seremos perfeccionados hasta que estemos con Cristo; pero, cada día podemos ser mejor con la ayuda de Dios, si clamamos a Él por su ayuda, sin duda el viene a nuestro encuentro para transformarnos,

Adelante hermanos, Dios les bendiga!